“El surrealismo es el encuentro fortuito entre una
máquina de coser y un paraguas en una mesa de disección (…)”
1980. Una de las cosas que me gustaba oír de mama, cuando hablaba de cocina, era que me contara que en Francia los restaurantes y muchas casitas de campo (a mi me parecía que serian todas) tenían un Jardinpotager (pequeño huerto) en la parte trasera de las cocinas. Imaginaba que sería de donde sacaban, tal vez no todos los alimentos, pero donde podían cultivar especies raras, difíciles de encontrar en el mercado, cosas exóticas; un lugar donde cultivar flores para comer. Huertesitos con árboles frutales que dieran sombra para el descanso de lxs chef y lxs pinches y lxs que friegan platos, en definitiva un puro lugar del placer. Un elemento indispensable en la gastrosofía.
2007. Habíamos pasado una noche en una finca okupada para la ocasión, y se había montado una Rave de las interesantes, era en la sierra de Madrid, una casa de los años 20´s, de piedra, monumental, donde una descubre que el mundo se divide entre ricos y los demás … Aquel caserío abandonado, tenía grandes tierras de cultivo… no se veía el final de las propiedades, y cerca de la casa, una gran alberca, y cerca de la gran alberca quedaba la huella de lo que un día debió de ser un huerto, imagino que para los caseros. Y de donde la señora de la casa, la mestresa dicen los catalanes, seguro hacia unos bellos centros de flores y hortalizas para decorar sus cenas burguesas. Nosotras estábamos alucinando y riéndonos, habíamos ingeridos unas setitas de esas mágicas. Todo era la hostia!!!... Ya en Madrid, al día siguiente: Entramos, justo cuando cerraban la puerta, en el Museo del Prado, con la resaca de setas aun, con la sonrisa dibujada en nuestras caras, con el arcoiris decorando muestros rostros, para ver el jardín de las delicias del maestro el Bosch.
En los 2000. Hoy en las ciudades un magma de civitas y urbs desean disponer de huertos cerca de sus cocinas, huertos que ellxs puedan tocar, trabajar, regar, ver crecer, plantar, recolectar, para cocinar, para comer mejor; para disponer de otro tipo de ocio; para trasnmitir a sus hijxs unos valores diferentes que los del capital de hoy. Todo ello se está empezado a dar en diversos puntos de la geografía mundial de los países que se autodenominan avanzados (jaja). Los huertos urbanos, las guerrillas verdes son iniciativas que van cuajando lentamente, así como las cooperativas de comidas, o los huertos de Km0, la soberanía alimentaria, la autonomía alimentaria.. En Sevilla vamos disponiendo de varias iniciativa, citamos algunas: Red andaluza de semillas (hacer frente a la pérdida de biodiversidad agrícola andaluza y el saber campesino tradicional). Crestas y Lechugas (colectivo que cultiva su propio huerto periurbano). La Ortiga (Cooperativa de Consumidores). El Huerto del Rei moro (vacio urbano ocupado con huertos escolares e non solo). El huerto de Julián y la Mari, o el huerto de la Montse, o el "co los pies en al tierra" de Paula y Joaquín (huertas de KM0, que venden sus cestita agroecológica)… todas estas iniciativas fomentan la colectividad y el mutualismo, así como el placer por el buen comer
1490. El cuadro del Bosco es impactante. un tríptico pintado a dos caras una oscura sin nadie. En el interior un tríptico pintado sobre la madera de haya. Donde se muestra un Edén, con tres caras: la moral, la orgiástica, y la explotacion… En la orgiástica, la central, disfrutamos todo tipo de frutos y animales domésticos y no domésticos en una hermandad simbiótica: Moras, jilgueros y colibríes, camellas y cardos, cerdos e unicornios, fresas y un amor fraternal surrealisticamentemagico…
1771. En el plano de la ciudad de Sevilla de Olavides, la gran mayoría de los espacios intramuros son huertas: Hubo una vez que la ciudad era una huerta, llena de casas y adarves. odeada por una muralla. Rincones para el cante y vacios para la producción, muchas de ellas ligadas a ordenes eclesiásticas, la burguesía y el progreso acabaron con ellas, ahora la “mediocre clase media” nos disponemos a vaciar de nuevos las ciudades muertas para dotarlas de Salivilla de Estrellas[1]
[1] Romancero gitano. >Federico García Lorca
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