13 may 2013

caracol saca tus cuernos al sol





Caracoles…

                Ha llegado MAYO y con ello dos manjares para alimentarse, de un lado la exquisita SARDINA  a ser posible la de la Málaga en ESPETO, la brasa hecha en la playa sobre una patera llena de arena. El humo te atrae como en los dibujitos animados donde este es visible, para mostrar la potencia del aroma. La sardina dice el refrán que debe comerse en los meses sin R mayo-junio-julio-agosto.

                Por otro los CARACOLES, esos pequeños moluscos que arransan los huertos domésticos, y que en el mercado es divertido ver cómo se van escapando del contenedor donde anda y el tedero cada media hora debe irlos recogiendo para devolverlos a su lugar.

                En Sevilla son de probar los de bodega Camacho en la plaza del Pumarejo, o los especiales del Protasio en ciudad jardín que los sirven con sal ultra fina y aceite por encima, los clásicos de la calle Sinai del Cateto o los de san Gonzalo para los trianeros, o los colcoados con manzanillas y menta del Tremendo en fray Isidoro, o en el Rey de los Caracoles en la C/Zaragoza… en definitiva hay por estas fechas en todos los bares

                Aquí en el sur se diferencia dos tipos: las cabrillas que se hacen con una salsa a modo de guiso y y se pueden degustar todo el año; y los caracoles mas pequeños que van en una infusión y son en lso meses de calor.  Me gustan también los escargot franceses con sus mantequillas y su perejil, o los catalanes y mallorquines que hacen a la Llauna (hojalata) , que es como a la plancha incrustado en sal y pegados a la sartén y llevan su alioli.

              Los caracoles hay muchas formas de hacerlo. A mí me gustan con ese caldillo-infusion especiado que se hacen por el sur de la península Ibérica y el norte de marruecos. A ser posible picantes y muy calientes, a mas calor más calientes y mas cerveza. 

            Otra magia de los caracoles que me parecen seres casi perfectos ya  que traen los cuernos puestos y se pueden follar a mismos, al ser hermafroditas… ay quien pudiera!!!

                La comida ha sido usada para referirse constantemente a los órganos sexuales de ellas y de ellos así tenemos NABO, HIGO, POLLA, CHORIZO, ALEMEJA, CONEJO, BACALAO, (con tomate si tiene la suerte de la regla), SALCHICHA, MEJILLON, o LECHE...  o en Nápoles peixe (pescado) para referirse al órgano colgante masculino. O caracol para referirse a lo mismo en tiempo de CERVANTES

                He aquí un poema satírico y precioso sobre comer caracoles en el siglo de oro...

Les dejo que me voy cual toxico a darme mi dosis, tengo la avidez de esa niña.

 *** 

Caracoles me pide la niña,
y pídelos cada día.


De una vez que la tacaña
los caracoles comió,
tal gusto el manjar le dio

que por él se desentraña;
y con inquietud extraña,
diversas veces repite
que no hay cosa que así quite
toda su melancolía,

y pídelos cada día.


Si ella viese cuando estriba
en su concha el caracol,
y saca suspenso al sol
sus cuernos y frente altiva,

y, dando espuma y saliva,
se despega y desanuda,
para mí no tengo duda
de que lo aborrecería.
Y pídelos cada día.



Yo no sé qué nuevo efeto
puede hacer este manjar,
que al gusto del paladar
de la niña es tan aceto;
ella sabe este secreto,

pues cuando la persuado
que no es carne ni pescado,
ella que es carne porfía,
y pídelos cada día.


Si es carne, como ella mesma

lo confiesa, la mocosa,
¿cómo es ella tan golosa
de comellos en cuaresma?
Dice que el padre Ledesma
le mandó que, en penitencia,

los comiese con decencia
los sábados si quería,
y pídelos cada día.


Aunque comida viscosa
y que engendra opilación,

danle más satisfación
por ser la salsa sabrosa;
y la causan a la Rosa,
cuando para su gobierno
sacan un palmo de cuerno,

gran consuelo y alegría,
y pídelos cada día.


Reprehéndela su madre
cuando se los ve comer;
dice que no halla, a su ver,

regalo que ansí le cuadre,
y que, a pesar de su padre,
aunque la mate y riña,
poblará dellos la niña
su sotillo y pradería,

y pídelos cada día.


Si la niña está con pena,
con tristeza y con enojo,
para alegrarle el ojo
dénselos después de cena,

porque sustancia tan buena
no la probó en su vida;
por ellos anda perdida
si son frescos y en cuantía,