6 nov 2013



la alimentacion en europa. algunos comentarios 




“Existe un cuadro de Paul Klee que se llama Angelus Novus:
representa   un ángel que parece tener el propósito de alejarse del lugar donde  permanece inmóvil.
Sus ojos son desmesuradamente redondos, su boca está abierta, sus alas desplegadas.
Tal es el aspecto  que debe necesariamente tener el ángel de la historia. 
Tiene el rostro vuelto hacia el pasado. Allí donde se nos presenta una cadena de acontecimientos, 
él  no ve más que una sola y única  catástrofe, que no cesa de acumular ruinas y que las lanza a sus pies”[2]

Walter Benjamin, Poésie et révolution

1.

De poesía y revolución me gustaría hablar a la hora de tratar el tema alimentario en la entrada del siglo21.

En un momento de la historia donde más de la mitad de la población pasa hambre, donde mueren millones de seres humanos por desnutrición (también por falta de agua). Y en los países occidentales, en donde (de momento) no se pasa hambre, la comida cada día se aleja más de ser algo natural para convertirse en química alimentaria, de ser algo social para ser consumo, de ser a no ser… es algo a pensar.
La comida es un arma.

Su escasez  ha sido utilizada como tal: los asedios a ciudades, a poblaciones así lo atestiguan. A través de la comida se ha envenenado a césares y a pueblos (a estos era más fácil aniquilarlos a través del envenenamiento de sus aguas). Considero que la comida aun se sigue utilizando como arma. Ya sea a nivel militar o económico.

La alimentación es una necesidad básica.

Mas no solo, ya que es una creación humana. Y aun más, es una creación para ser con el otro[3]: momentos donde el ser humano se relaciona con otros de modo placentero.

El comer es  (también) un acto social. un acto ludico, incluso un acto artistico.
                                                                     con la comida tambien se lucha


2.

Lo recuerdo perfectamente. Tenía yo diez años. Ese año sucedieron tres acontecimientos que no he olvidado nunca[4]: el mundial de fútbol, el golpe de estado de Tejero y el caso del aceite de colza. Fecha que coincidía  con la ascensión del partido socialista al poder,  que dejaría catorce años después, en 1996, tiempo en el que aun no existía un veredicto sobre el celebre caso del aceite de colza[5]. Murieron envenenadas más de 2500 personas adultos y niños y más de veinte mil personas quedaron intoxicadas por el llamado síndrome de inmunodeficiencia adquirida: Hemos comido durante dieciséis años con ese “problemilla” en los telediarios. 
La política de control sobre la alimentación que ejercen los estados y la propia comunidad económica europea, no solo no ha solucionado el problema alimentario, sino que este se ha multiplicado (vacas locas, fiebre del pollo, fiebre porcina…) y no tiene visos de acabar, puesto que las políticas son incorrectas[6], el mercado no perdona y la misma sociedad no sabe lo que pasa.

***

Las políticas agrarias han experimentado, a final del  siglo 20, grandes cambios en los conceptos, en los objetivos, en los contenidos y supuestamente en la legitimación social (ahora veremos).

El mundo es una máquina en evolución y con él las políticas. 

Tras las grandes guerras en el pacto social agrario, el objetivo prioritario era la seguridad en el abastecimiento de alimentos, la sombra del hambre planeaba sobre  Europa. En los setenta, tras la crisis del petróleo (con el cambio del patrón/oro al patrón/dólar), el problema paradójicamente no es la ausencia de alimentos, sino el exceso. ¿Cómo en un mundo que pasa hambre se puede hablar de exceso? Así pues se traslada la preocupación política (y social) del abastecimiento hacia la calidad de los alimentos, y la salubridad de los mismos. En la década de los ochenta[7] se consolida el mercado mundial y la liberalización global de los mercados, con la casi desaparición  de los mecanismos de protección de las viejas políticas agrarias.

la comida, ni el agua, deberian ser mercancia de especualcion.

La aparición de un imaginario nuevo en las políticas agrarias, tales como  la protección del medio ambiente, la calidad y salubridad de los alimentos, ha hecho que estas políticas se reformen. Estas reformas han desplazado el referente del agricultor (sus necesidades, sus problemas) por otro referente principal: los consumidores, siendo pues la opinión pública la que marca las políticas[8].

Las políticas, hoy en día, tienen por finalidad gestionar la liberalización,  intentar que no se desboque el mercado a través de unos controles, marcados por normas y leyes, a favor de una regulación.

Un detalle importantísimo: para hablar de políticas alimentarias no hay que hablar solo de PAC, y no serán los agricultores los únicos actores. Una de las características de esta sobre-modernidad o modernidad tardía o postmodernidad es la proliferación de actores, instituciones y lobbys. El ámbito de la alimentación no es una excepción.

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3.


La miseria de vida a la que son sometidos los animales[9]
es sintomática de la sociedad en la que se vive.

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Es obvio que las formas de vida han cambiado, la mínima emancipación de la mujer, hasta ahora ligada al ámbito de lo doméstico, la velocidad en la formas de vida… todo esto afecta, no solo a la demanda de alimentos, sino también a su propia elaboración  y a los modos de sociabilidad en torno a la comida. Todo esto  ha producido lo que llaman la desestructuralización del sistema de comidas.

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El derecho a elegir libremente dieta que se desee. El derecho a la diversidad de alimentos (contra la homogenización). A la conservación de variedades y productos reales. A la tradición alimentaria… todos estos son derechos que existen sobre la alimentación, pero no nos engañemos, en una economía de mercado como la actual, si los derechos no producen beneficios, no existen.

La alimentación es un gran mercado (se debe comer todos los días). Un mercado que hoy es explotado con el imaginario capitalista actual. Todos, sí todos, hablan del consumidor: las leyes, los representantes de la Comunidad Económica Europea, los expertos, los reglamentos, las directrices… Todo el lenguaje se refiere al consumidor. La palabra mágica del capital. Las nuevas técnicas de venta aconsejan no tratar al consumidor como masa, sino vender el producto que usted necesita, sea un coche, un preservativo o unos palitos de merluza rebozados.

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La alimentación tradicionalmente la daba la tierra, la caza y la mar (ríos), hoy cada día menos: “La agricultura ha pasado de destinar la mayor parte de su producción para el consumo final  a convertirse en suministradora de materia prima de la industria agroalimentaria, en paralelo al proceso de reducción de consumos de alimentos frescos y el incremento de productos transformados, semielaborados y preparados. Se rompe el vínculo directo entre el agricultor y el consumidor”. Al final acaba instaurándose lo que el psiquiatra R.I. Lang llama “el abismo de la diferencia”[10], lo que conlleva una debilitación del vínculo entre agricultura, naturaleza, territorio, seres humanos. Ya que la alimentación se la han apropiado las fábricas, el capital y el mercado. Así pues se puede hablar de insostenibilidad y de antiecologismo. Ejemplos miles,  sin salir de Andalucía: la situación de los trabajadores del campo, en su mayoría extranjeros que viven en situaciones precarias y marginados socialmente, a veces con brotes de violencia por parte de los autóctonos con pruebas de racismo; o el constante miedo de las autoridades por el abuso de fertilizantes para la tierra; o la contaminación de las fábricas de fertilizantes; la calidad de las aguas y un largo etcétera de nocividades. Todo esto sucede en la provincia de Huelva por ejemplo, claro ejemplo de provincia emergente desde su polo químico en la década de los sesenta, la fresa y las naranjas en los 80/90 y el turismo de campos de golf a final de los noventa.

Desde luego nada sostenible y nada ecológico.

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A esta altura de texto me planteo la cuestión  ¿es posible hoy en día que se produzca un desabastecimiento catastrófico en las ciudades, así: de la noche a la mañana y a la noche?

No hay respuestas.

*** 
Un comentario sobre comida y género:
la mujer realiza más trabajos relacionados con la alimentación que el hombre: además de que la tierra la trabajan históricamente los dos por igual (incluso la mujer ha mantenido la tierra en los momentos de guerras y emigraciones), son las mujeres las que requieren los empresarios para las fábricas de envasaje, y además son las que desde lo doméstico producen la comida que se sirve en la mesa. Según informes de la FAO (2000), la mujer produce entre el 70 y el 80 % de los alimentos para el consumo familiar en los países desarrollado y más del 50 % en todo el mundo.

Para terminar recordar dos obras de arte:

La comedia de Aristófanes “La asamblea de las mujeres”: estas, tras tomar el gobierno de la ciudad y decidir otro rumbo en la política, deciden dar una comida gratis al pueblo.

-Yo me las comía a todAs!! .Gritó el DonJuan encerrado en la despensa.


4.

Fueron los hipermercados centro de atentados de lucha[11] de los setenta en Italia y Alemania[12], y de los ochenta en España, la matanza de Hipercor por ejemplo. También en los setenta comienza el movimiento contra lo nuclear, por aquellas fechas se vivía bajo el miedo perpetuo e inmovilizador de la guerra nuclear. Véanse los estudios de la época y se advertirá la preocupación por lo nuclear,  tanto como hoy se advierte la preocupación por el cambio climático. Esto y otras batallas han ido forjando un pequeño imaginario constituyente que ha llegado a nuestros días como una fuerza ecológica. Esto afecta a los alimentos.

***

Los consumidores han perdido la confianza, dicen. Por ello las políticas que se ven también inmersas en este proceso se centran en intentar hacer recuperar  a los consumidores la confianza en los productos alimenticios. Aparecen los expertos, las etiquetas, los principios de precaución, la trazabilidad de los alimentos, se comienzan a crear agencias paralelas, el riesgo se institucionaliza… Recuerdo, cuando salió la norma de la UE que decía que los productos debían explicar su procedencia, que en un mercado de Nápoles sobre un puesto de naranjas estaba escrito “arrubati” (robadas).

Los consumidores han perdido la confianza, dicen. Yo no veo eso. Los consumidores están más contentos que nunca: ¡no lo ven!, no paran de comprar. Los mcdonalds siguen llenos, las parejas recién-casadas  comen mal, los estudiantes comen mal, la velocidad y la incultura culinaria proliferan, y en los supermercados la gente compra más productos elaborados que frescos y los productos frescos de los supermercados, las verduras y la fruta, son  productos insípidos debido a que se crían con fertilizantes bajo un plástico y luego se acaban de criar y madurar en una cámara frigorífica. Así lo vegetal queda convertido en un cronómetro. Cuando cualquier hombre de campo sabe que casi todo vegetal desde que se planta hasta que se come necesita de media tres meses.

se vegetal y saca tu nabo a pasear, cantaba pabellon psiquiatrico en los noventa

Y sin embargo es ahora en España cuando la cultura de la buena cocina se encuentra también de moda. Es un lujo tener ahora en el mercado grandes libros de cocina: el de Santi Santamaría (60€), algunos de Ferra Adria (120€), y el de Juan Mari Arzak (30€), o el maravilloso Karlos Arguiñano en la televisión, un buen material para que la comida popular genere nuevos platos desde la comida diaria.

La cocina burguesa llevada al dia a dia

Lo culinario es un buen indicador de bienestar social y cultura.

Hubo en España un interesante programa de televisión en los 80, un programa llamado “con las manos en la masa” en donde un personaje invitado era entrevistado mientras preparaba una comida. Ay!

España es un lugar donde se come muy bien: desde las maravillosas y simples gambas al ajillo, plato andaluz (buen aceite de oliva y buenas gambas) o el  vasco bacalao al pilpil. Desde el genial gazpacho, también del sur a la Purrusalda vasca. Los calamares con chocolate de la Costa Brava, los guisos de la meseta, se come de todo: cerdo, vaca, toro, caza mayor, caza menor, aves, pescado de todo tipo y preparados de mil formas….
Esto es patrimonio.

Otro tema tangencial al tema de la alimentación  es el espacio dedicado en el diseño de la casa a las cocinas, o el mínimo que da la ley a las Viviendas de Protección Oficial. Eso sí, a la cocina le dedica (casi) todo el mundo mucho dinero: suele ser una cosa que se renueva alguna vez en la vida de la casas. Hoy se está cambiando el fuego por la vitrocerámica.  Me interesa recalcar eso puesto que ha desaparecido con esto el último vestigio de lo que creó hogar: el fuego. Desparecieron las chimeneas y ahora, el fuego de la cocina.

***

La sociedad de la (falsa) abundancia explotará: estamos haciendo gordos. La obesidad comienza a ser un gravísimo problema en Estados Unidos (que es el gran exportador de modos de hacer modernos desde Ford a nuestros días). El gasto derivado de esto en sanidad es y será enorme.los ricos antes eran gordos hoy cuidan sus cuerpos estilizados con fitnes y dietas sanas. Los gordos hoy son los pobres que comen malos productos, hipercaloricos y azucarados.

La mala alimentación crea monstruos:

                       La imagen sería un niño gordo americano y un moribundo niño de África.


***

Hay una pregunta clara: ¿Es la comida de hoy más sana que la de antes? O ¿Comida para todos, me refiero en la UE, significa peor calidad? ¿Era la calidad de los alimentos en los países del telón de acero de baja calidad? ¿sin esta miseria de industria de alimentacion, habria menos alimentos?.

Desde luego la gente se ha separado tanto del campo, que pocos serían capaces de saber distinguir veinte verduras y mucho menos distinguir veinte sabores.[13]

¿Qué se compra?

Todo lo que tenga que ver con la tradición culinaria
Todo lo que se anuncie en la tele (tradición e importación de otras culturas)

Los expertos nos dicen que la gente elige lo que compra de alimentos en función de unos atributos:
Atributos de búsqueda (color, empaquetado, calibre)
Atributos experiencia (sabor…)
Atributos de confianza (el dinero, el marketing…)

Se venden hoy más los productos por sus atributos de búsqueda y por la potenciación de sabores, con lo que la venta del producto está garantizada. Nos dice el profesor de economía agraria Raúl Cómpez López: “solo un consumidor dispuesto a llevar a un laboratorio todo lo que ingiere estaría en condiciones de saber qué es lo que se está comiendo realmente, y aun así podría desconocer el efecto que tiene para su salud, a no ser que se disponga de los conocimientos científicos pertinentes”.

La calidad acaba por convertirse en un negocio, como los productos ecológicos, bastante más caros que los no tildados de ecológicos. Existe ahora algo paradójico de nuestra realidad: si la ecología es lo natural y la verdura es natural (puesto que sale del mundo de la naturaleza)[14] , hablar pues de verdura ecológica es usar una tautología (una silla es una silla).

Los territorios se asocian y se organizan y consiguen garantías de calidad; por ejemplo tres señales de calidad: Denominación de Origen Protegida (DOP), Indicación Geográfica de Procedencia (IGP), Especialidad Tradicional Garantizada (ETG). El  etiquetado es otro de los instrumentos usados en la política de calidad de la UE  que garantiza una información de la mercancía. Se da también en ese cambio  paradigmático del imaginario de la UE en su política agroalimentaria, piden que se dé una agricultura menos intensiva, por ello al pedir que el campo abandone en cierto modo la agricultura, necesitan inventar una política de desarrollo rural, que no pase por el cultivo, sino se desplomarían aun más los territorios y un desequilibrio territorial no es conveniente para quien aspira a estar en lo alto de la política mundial.
 

¿Pero de qué modo se aplica esa segunda política de desarrollo rural?
Una  política comunitaria que está preocupada por las plagas y enfermedades, pero tiene más abandonado el tema de los residuos. Tema que no se debe dejar de lado. No pensar en los residuos es una mala economía, ya que los residuos mal gestionados acaban  atrayendo plagas: Ya veremos los resultados de los estudios del pueblo de Niebla en  Huelva, donde se han dado varios casos de meningitis, que alguna gente relaciona con la cercanía de un vertedero en suelo del municipio.

La seguridad es un sello.


5.

A modo de conclusión,
para la mejora en la seguridad alimentaria
y la calidad hace falta una revolución.

***
Me escribía  un día un amigo un cuento de terror: En una autopsia colectiva de 225 muertos se había observado que todos los cadáveres tenían en el estomago el mismo bolo alimenticio. El propio forense no adivinaba saber la procedencia de dicha sustancia. Eran los pasajeros de un avión siniestrado.

¡Por favor no más OCNIS! (objetos comestibles no identificados)

De estética     esteta
De ética          etiqueta

Quizás sea un esteta, pero no puedo soportar ver al hombre temporalmente más poderoso del mundo comiendo las miserias que deglute regadas con coca-cola.y ademas el pollo con el que se fotografia celebrando el dia de accion de gracias es de plastico. fuck you!!

Y grito al menos:
                 ¡Viva el gazpacho!


***




Algunos comentarios oficiales:

“Lo importante de la política agraria común hoy no es tanto su contribución al PBI comunitario, sino que su razón radica en su dimensión social, de cohesión regional y medioambiental” (Fischler, Comisario de Agricultura de la CE, 2003).

“La PAC tendrá que perseguir en el futuro diversos objetivo , entre otros, la seguridad  alimentaria, la protección del medioambiente, el bienestar de  los animales ,y cuestiones comerciales de ámbito mundial…”(J.M.Silva, DG de agricultura de la CE, 2003).

“Los agricultores pueden contar con un apoyo adicional de la UE para ayudarles a adaptarse a las exigentes normas comunitarias en materia de salubridad de alimentos, medioambiente, y bienestar animal y al mismo tiempo  mejorar la calidad de la producción agraria y de los productos tradicional” (Comisario Fischler, 2003)

“Los pagos directos se vinculan a ciertas normas medioambientales, de seguridad alimantaria, de bienestar de los animales y otros” ( J.M.Silva, DG de agricultura de la CE, 2003).

“Quien quiera seguir siendo competitivo se tiene que adaptar  al cliente de mañana. Por eso la política agraria tiene que apoyar intensamente los esfuerzos por unos alimentos seguros, más de calidad y un desarrollo mundial sostenible” (Renate Künast, ministra alemana de consumo,  alimentación y agricultura, 2003)

“La seguridad y la calidad de los alimentos son las preocupaciones mayores a lo largo de toda la cadena alimentaria” (G. Sonnleiter, Presidente del COPA-COGECA).

“la política agraria… tiene que cumplir los deseos de los consumidores de  disponer de un amplio abanico de productos de calidad en términos de diversidad de los productos, de diversidad regional, de métodos de producción, de medioambiente y gozar de mayor aceptación de la sociedad” (G. Sonnleiter, Presidente del COPA-COGECA).

“La ley alimentaria deberá perseguir la protección de la vida humana, tomando en consideración el principio de precaución, la protección de los intereses de los consumidores y la trazabilidad de los alimentos y de los piensos y establecer  claramente las responsabilidades de las autoridades públicas y de los operadores privados en materia alimentaria y de producción de piensos animales” (reglamento 178/2002 de 28  de enero de 2002).

“.... aumentar la competitividad tanto interna como externa, para que los productores de la UE puedan beneficiarse plenamente de la evolución favorable del mercado mundial....”

“...La competitividad debe estar garantizada por bajadas de precios lo suficientemente importantes como para asegurar el crecimiento de las salidas comerciales interiores y una mayor participación de la agricultura europea en el desarrollo del mercado mundial.” (Comisión Europea, Agenda 2000)

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[1] El texto que sirve de base a este capitulo  es el de la conferencia pronunciada por  Cristóbal de Gómez Benito profesor titular de sociología rural y ecología humana del departamento de estructura social de la UNED.

[2] Walter benjamin, Poésie et révolution, págs 281-282.

[3] J. Smeckma. Notas sobre la alteridad, pág 10.

[4] También recuerdo de ese año la sequía, pero eso para Leandro.

[5] Sin caer en teorías conspiratorias, parece ser que lo que mató y envenenó a todas esas personas no fue la estafa que urdieron algunos mezclando aceites no comestibles, sino el mal uso de unos productos químicos pesticidas de la empresa Bayer que se usaban para preparar la tierra de los invernaderos de Andalucía. Sobre esto hay varios estudios. El más interesante es de Renè Riesel. Se pueden encontrar textos en la red.

[6] Es injusto decir esto así, ya que las políticas alimentarias lo que intentan impedir es que la mercancía envenenada llegue al consumidor.
¿Se imagina usted que en el dos mil cuatro murieran en el territorio nacional más de dos mil personas en pocos meses debido a un alimento en mal estado?

[7] Recuerden las apariciones espectaculares de los discos de USA for Africa: “We are the world, we are the children”. Es en ese verano del 82 (el verano del mundial de naranjito), cuando los países del tercer mundo más endeudados amenazaron a los consorcios bancarios con provocar su bancarrota, en respuesta a la política sin precedentes de estrangulamiento deflacionista que les había sido impuesta.

[8] El poder de lo mediático.

[9] Por sacar algunos ejemplos de estas miserias véanse los pollos sin plumas ideados por una empresa israelita dentro de su proceso de exterminio sistemático con todo. Lo más sorprendente de esto es la noticia del telediario, como una gracia contaban que así el pollo tendría menos calor. Hasta un niño de primaria sabe que los pájaros regulan su temperatura a través del plumaje. Pero es el cinismo al que somos sometidos desde las altas esferas de poder  sea político, científico o mediático.

[10] El comentario de este siquiatra pone en evidencia que en la cadena de procesos de producción de hoy es imposible dirigirse a nadie. No se pueden pedir responsabilidades a nadie. El producto es impersonal, pero no porque esté hecho para nadie en concreto, sino porque la misma producción de la mercancía en su hacerse ya no tiene rostro. La política tiene rostro pero es inalcanzable, mas la economía es un secreto.

[11] Además del asesinato, el terrorismo tiene otra función: la de obstaculizar el inmenso potencial de liberación que se ha revelado en el seno del plomizo periodo de reacción que atravesamos. Es una forma paradójica de conservadurismo. Sobre esto los texto de toni negri “fin de siglo” editorial Taurus.

[12] Las Brigadas Rojas y la RAF. Al tiempo que el propio estado a través de sus servicios secretos, recuérdense los oscuros sucesos relacionados con el asesinato de Aldo Moro. Sobre esto G .F .Sanguineti. “Sobre el terrorismo de Estado”

[13] Existe un grupo artístico que se dedica a dar comidas gratis por los parques y espacios públicos de la ciudad, y explicaban en su libro “date comida, comida gratis”, que era mucha la sorpresa de la gente al ver un animal entero asándose, cuando hacían chanchos (cerdos) enteros a la brasa. 

[14] Aunque en este punto habría temas que discutir, puesto que desde el neolítico el hombre lleva manipulando de un modo u otro las plantas para acabar domesticándolas.

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