23 may 2011

De los mercados 1


(la Boquería -bcn-)
(…) Por la noche, una luna ancha e intensa como un plato servido en la mesa”
Raimond Carver

Todo es blanco. Atravieso las nubes a saltitos. Todo es blanco. Y solo pienso en colores. En los colores de la Boquería. Recuerdo una foto que me enviaste una vez, perfectamente, la tengo aquí, aquí en mi imaginación. Eran los colores de la Boquería. El avión da saltitos y todo es blanco. Clac, clac, clac... ya nos podemos quitar el cinturón. Todo es blanco y flotamos por las nubes como tu fresco recuerdo por mis neuronas también blancas.

Todo es de color”, canta la Lole, raspa la guitarra Manuel.  Más de treinta años después en las ramblas de Barcelona bajo este techo industrial con aroma a madre: Todo es de color. “De lo que pasa en el mundo por dios que no entiendo ná”dice la gitana... seguimos igual. Los colores de la Boquería no pueden explicar las miseria humanas: el hambre, la explotación, la injusticia, la explotación de los hombres a los hombres, las políticas globales o la estupidez de esta España, aparta de mi este cáliz. “Y todo aquel que sea mi enemigo sea mi hermano” y me sumerjo en uno de los paraísos para un gastrósofo: el Mercat de la Boquería.

Caminar ahí como una experiencia mágica del caminar, una explosión de sensaciones y un hacer trabajar a todos los sentidos a la vez. Los espíritus y almas sensibles pueden incluso experimentar la sinestesia, llegando a oír colores, ver sabores, tocar aromas.

La entrada desde las ramblas es un lugar de visita turística y no por ello pierde la esencia de mercado de barrio, del barrio Barcelona, esa ciudad también provinciana. Los colores de los productos se mezclan. El color púrpura de ese hiyab, los colores de la sonrisa de esa mujer zaína, la mezcla de olores de las fresas y los puerros, el frescor de los zumos de frutas miles, la túnica amarilla chillona de esa africana silenciosa, su criatura atada a ella. Esos pequeños tailandeses  riéndose del precio de los hystrix, manjar conocido para ellos y exótico aquí, en el barrio chino (ahora raval)... Los miles de bombones, la tienda de huevos, la de las setas, las casquerías, los bares de tapear, la diferencia entre los olores de la verdura, de las carnes o los pescados …

Recuerdo comprar un 31 de diciembre de 2003, para la primera cena de entucasaoenlamia (aun no las llamábamos así), la cena fue en casa de cristina en el Raval, éramos once, siete lenguas madre (castellanos-argentinos, danés, alemán, inglés, italiano, catalán); ahí empezó claramente todo. En el fin de año de 2003. Chi cerca, troba y La Boquería, si se busca no es un lugar caro, es como digo, un mercado de barrio... Comimos esa noche: gambas en gabardina negra, sopa de habas con menta, crema de zanahorias, comboluti (pasta fresca) rellenos de butifarras y gamba con ralladura de coco y brotes de alfalfa, conejo a la cazadora con polenta, hígado a la plancha con caramelo de pedro ximenes y comino, pincho de rape, coliflor y frambuesa, cuadros de choco con cebollita, mouse de limón, tarta de queso alemana, yemas de san leandro de las monjas de sevilla, uvas, moscateles y vinos dulces.

Los distintos tipos de rojos de la sangremúsculo que es la carne, y su fuerte olor: tapa, jarrete, lomo, oreja, solomillo... de ternera, de buey, de cerdo, de cordero, de cerdo ibérico. Carne que vuela, de pato, de faisán, carne que bucea: de atún rojo. En cada región las bestias muertas se cortan de diferente modo, dando lugar a carnes y sabores diferentes: veo las entrañas (corte argentino) excelente para una parrillada y son los diafragmas de las vacas. Se come todo, y todo(casi) está aquí. Los testículos o criadillas y el pene del toro, la primera vez que lo veo, -muy rico en una sopa- me dice Walter el tendero. Las texturas de los estómagos para el menudo o los callos (cap i pota) parecen materiales de construcción arquitectónica, más que un material para la digestión. Con el alba las piezas enteras muertas danzan por la Boquería: vacas, cerdos, corderos...

Los mercados son un lugar de lo Gore como los mercados financieros. Antes los mercados tenían animales vivos que sacrificaban allí mismo. Gore: esa cabeza de cerdo muerta con el ojo vivo que te observa cínico con la mirada de la monalisa, Todo es blanco, el avión se mueve a saltos por el vacío del aire y mi estómago se está revolviendo.

1 comentario:

maite dijo...

...ya estoy aquííí...amigo (y amiga), que aunque siempre se mantiene detrás está en paralelo a tí.

Leeré estos textos, que me permitan entender un poco mejor esta actividad culinaria que llevais a cabo. Entendimiento que de momento alcanzo, en gran medida, porque ¡¡me encanta!! lo que cocinais y porque siempre son una experiencia, ¿cómo lo llamais? ¿grastrosófica?, pues eso que los pos-postres y las sobremesas son ¡¡deliciosas!!.

Vamos que nos vamos

maite