Olores 2#.
El
olor de abrir la venta, nada más levantarte. Un no olor fresco y luminoso si
hace sol o húmedo si llueve.
El
olor a ti mismo por dentro sentado en el retrete, los codos sobre las rodillas,
las manos en la cara y esa carita melancólica mientras un aroma escatológico te
invade, y lo invade todo. A veces es un
olor con sonido.
El
olor a´agua incolora. A veces un toque cloro, como ese que me duele dentro-
El olor a suavizante que no uso en las tollas, pero que
una vez, madre, ponías.
El olor al salón cerrado, y luego a la cocina. O el olor
a salón extraño si esa noche has amado a un hombre nuevo…
El olor a café, ese que no bebo, pero que siento en el
alma.
El olor a pan tostado, que me recoje; el olor despistado
del pan quemado, que me rie
Si
el olor del café es definido, casi único: estés donde estés; el olor -basura es
su antagónico, lo contrario, su antónimo. Un olor variable, tan variable como
lo que contiene.
El olor miserable del horario a trabajo asalariado que a
veces huele, a veces apesta y esta tan metido en la memoria colectiva que ni el
alzaimer hace olvidar.
El olor al abrir la puerta que separa lo intimo de lo
común…
Ya estoy en la calle
me dejo oler.
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y una recomendacion para intentar llevar al mundo de la cocina.
bersos
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