12 jun 2012

AKELARRE

Coños. Cada sexo era diverso en aquella cena akelarre. Coño terso,  completamente afeitado, una vulva tan limpia que brillaba al reflejo de la melena rubia, a la sombra de los grandes pechos. Por contraste la más joven, la más morena, lucía bella panocha negra; lio y madeja. Un pelo fuerte y largo desde atrás se mostraba, su lana estropajosa, lo zahino de su ser satinado con el reflejo líquido del amor, los tonos rosados de entre el negro dan lo lascivo a ese sexito joven. El origen del mundo. Ella mira asombrada a esas dos mujeres hermosamente bellas y altas, mira sus sexos a juego con sus estaturas, mira el suyo, que cree (también) poderoso. La mas bajita de la cena, pero también las mas sonriente,  mira su sonrisa vertical casi depilada con una raya también vertical de crin clara, los labios interiores se muestran de entre los exteriores, asomándose, recordó a la poeta y pensó tengo el coñito arreglado. Luego un coño isleño, autónomo, coño por sí mismo, un sexo amplio que no necesita arreglarse porque esta todo cuadro en sí mismo, una autarquía vaginal. Os presento ahora el sexo de la señora mas mayor, un coño de abuela,  aun activo, con ganas de guasa, con sus pelos que van desapareciendo, así como espeluchao,  y que mañana tal vez tome la decisión, al ver las bellas cariátides desnudas cerca suya, de hacer desaparecer todo vello, como si de una esclava de Grecia en una comedia de Aristófanes, dejar el vello para ser bello, pensaba mañana me afeitare el coño, pensaba tras ver hoy ese hermoso catalogo de Venus afroditas. Por último dos coños más tímidos… Uno de ellos es puro rio, manantial ligero, mas sexo que hembra lo domina; siempre le ha asustado ese modo de darse agua que su sexo libre hace cuando la miran o salvajemente cuando la tocan. Lugar de vergüenzas de niña. Como podía ser tanto liquido, su deseo lo machaba todo, la hacía licuarse, los ojos blancos y la pérdida de sentido, luego espasmos y una sensación tan de placer que ni en el paraíso de adanes y evos el señor podía ni siquiera haber creado; una sensación que solo el llanto (mas agua) podría expresar; y (luego) su extraña sensación de culpa. Por ello ella lleva su sexo atado, un sexo que a priori no dice lo que esconde. El otro como recién peinado, la raya en medio. Deciden todas formar un circulo, se tumban boca arriba las bocas también arriba, se tocan con las cabezas, son una medusa de ocho cabezas y un vacio central.  Dan la espalda a la tierra ya húmeda tras la lluvia y con olor ocre. Sus manos desaparecen cuerpos abajo… los deditos de los pies se mueven como una película de cine mudo y con las piernas algo abiertas miran con sus cabezas el cielo amplio, las bocas de sus compañeras, las bocas sabrosas que se abren de un sinfín de formas, la cabellera negra, las dulces risas que se abren entre las piernas, la boca toda recogida, La boca de labios fuertes y oscuros, la boca cascada que suena chaparrón, las bocas risas sorpresa, la boca susurro y la boca mordisco, la boca irónica que ahora grita, la boca boca y la tez limpia de la dulce cara, las robustas piernas que abren la gruta calva y brillante que llama a voces, la llama de amor viva que ahí todas nos damos en este akelarre  y que el alba nos tomara amadas y aladas…
Es el comienzo de la noche es el final de la cena



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